Soy ateo pero me gusta ir a las ermitas de los pueblos y ciudades. Casi siempre están en un promontorio o colina desde la que se puede ver la población y los contornos. Éste es exactamente el caso de esta ermita de Vinaroz desde la que se contempla la ciudad y el mar.
Decidí pintar la acuarela, que ahora subo al blog, comiendo en el restaurante Calafat de Vinaroz. En una de sus paredes tenían colgados varios cuadros pintados al óleo y una fotografía antigua de la Ermita que nos gustó. Ya habíamos estado en el puig de la Misericordia bastantes veces, incluso con los nietos, pero no la habíamos visto desde ese punto de vista con el camino hacia ella. Fuimos a los pocos días con la cámara al hombro e hicimos unas cuantas fotografías. Después busqué la composición que más me gustaba y a pintar.
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