miércoles, 29 de abril de 2020

Alfama desde la ventana



Como en los cuadros,
abierta una ventana,
vemos la vida.

           Desde que estamos confinados, curioso término éste, nos estamos acostumbrando a ver la vida a través de una u otra ventana la real o la catódica. Quizás por ello estoy realizando unas cuantas acuarelas desde la simulación de ver el mundo a través de una ventana-cuadro. En todo caso amo a Lisboa y especialmente a ese barrio de antiguos pescadores, Alfama, en la ladera de la colina del castelao de Sao Jorge. Hay un mirador espectacular desde el que se ve la misma vista que desde la acuarela que he pintado, el mirador das Portas do Sol.

Mirando Alfama
desde as Portas do Sol
calma absoluta. 


Alfama desde la ventana. Acuarela de 42 x 30 cms. sobre papel Guarro de 240 grs.
 

lunes, 20 de abril de 2020

Marinas: Aguiño y Combarro.



Amenazante
sobre el mar, la tormenta
nos alcanzó.

         Quiero pintar una serie de acuarelas sobre nuestra semana de otoño en Galicia. Fuimos con mi hermano Miguel Ángel y mi cuñada Cecilia a un apartamento que nos dejaba una amiga de Cecilia, Begoña. 
         Pintaré algunas marinas y el Pazo de Oca que me impresionó con su belleza.
         Esta primera acuarela coresponde a un paseo por la tarde en la costa de Aguiño al norte de la ría de Arousa. Amenazaba tormenta pero no podíamos imaginar que sería tan rápido, así que conseguimos empaparnos de agua, eso sí las fotografías quedaron preciosas y a partir de una de ellas he pintado esta acuarela, es la novena que pinto en el confinamiento.      
 
 
Playa de Aguiño con amenaza de tormenta. Acuarela de 51 x 36 cms. sobre papel Arches de 300 grs.



No siempre el mar
amenaza tragarnos,
hoy está calmo.

        Esta tercera acuarela que pongo aquí es de Combarro, pueblo muy bonito donde estuvimos comiendo y disfrutando de un día espléndido. Como a casi todas las personas del interior estuvimos disfrutando de la belleza y colorido del mar siempre inmutable y siempre cambiante.

Es inmutable
sí pero tornadizo
con cada ola.
Llegando a puerto, Combarro. Acuarela de 48 x 36 cms. sobre papel Hahnemühle de 425 grs.

 

jueves, 16 de abril de 2020

Quintín Quispe en "La Tablita"


Como auténtico dios,
Quintín en La Tablita 
trabaja a gusto.  


          Hace tiempo guardé en el ordenador unas fotografías de un reportaje de EL PAÍS SEMANAL (26 de diciembre de 2017) donde escribían sobre el peruano Quintín Quispe y su trabajo en la carpintería La Tablita a más de 3.500 metros de altitud sobre el mar, me gustaron mucho las fotografías pero entonces no me vi capacitado para intentar pintarlas. Ahora, en este confinamiento a que nos vemos obligados por la pandemia, es cuando he encontrado en momento de ponerme a pintarlo. 
      Se trataba de un claroscuro bastante intenso y en retrato realista que me interesaba acometer para ver los resultados y no he quedado insatisfecho.

Quintín Quispe trabajando en la carpintería La Tablita. Acuarela de 48 x 36 cms.sobre papel Hahnemühle de 425 grs.

sábado, 4 de abril de 2020

Trujillo



Conquistadora,
deslumbrante y esbelta
así es Trujillo.

        
       Los bocetos rápidos tienen a veces la gracia del instante, del garbo y de la prontitud. En este caso es un ejercicio para reconocer los pinceles y el papel, un estudio preliminar para una acuarela más pausada y meditada que pienso realizar en breve, quiero decir estos mismos días de confinamiento. (Ver infra.)



Trujillo. Boceto rápido. Acuarela de 41 x 31 cms. sobre papel Arches de 300 grs.


Agreste y hermosa
entre Tajo y Guadiana
Extremadura.

       Es sin duda ninguna una de las ciudades tranquilas que más me gustan y había que disfrutar de su hermoso recuerdo en esta reclusión obligada. Esta segunda acuarela está más pensada y la composición más trabajada. Me gusta como ha quedado.


Trujillo, vista general. Acuarela de 51 x 36 cms. sobre papel Arches de 300 grs.

jueves, 2 de abril de 2020

Corral de Amalia y Fidel

Calles del pueblo
antes tan transitadas,
ahora desiertas.
                                                                                                                                                                                                                                        
     Cuando vamos a Herreros de Jamuz, en verano, hago fotografías de los rincones que me gustan, unas veces me sirven para componer una acuarela y otras veces no. Confinados actualmente en el piso de Zaragoza me apetecía recordar los espacios abiertos de Herreros. Se trata, en este caso, de las puertas de entrada a un corral donde Amalia y Fidel guardaban y criaban antes gallinas y pavos, la puerta de abajo era la antigua puerta de la casa de los padres de Avelina en la calle Larga.


Corral de Amalia y Fidel en la calle de la Fuente. Acuarela de 41 x 31 cms. sobre papel Arches de 300 grs.