entre flores y plantas
Qué gran placer.
En la entrada anterior decía que cuando vienen las cosas mal dadas nuestro mundo interior es un cobijo o refugio. Es decir que hemos vuelto la mirada desde el ágora o exterior hacia nuestro propio mundo y el jolgorio ciudadano se ha desdibujado un poco. En ese sentido me he acordado de la tranquilidad del verano pasado, de Herreros de Jamuz, de la casa de Visi y Antonio de la que he pintado su delicioso patio interior florido. Ha sido un poco trabajoso, en cuanto a detalles, pero la acuarela queda como muestra de paisaje interior, vistosa y colorida.
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