miércoles, 28 de febrero de 2018

Zaragoza desde la arboleda de Macanaz

       Mirando el río,
contemplándonos en él
transcurre el tiempo. 


     Acabo de terminar esta acuarela. Antes de vivir en el Arrabal, el Ebro no era un elemento de mi vida cotidiana, como gran parte de la ciudad vivía de espaldas al Ebro, podían pasar semanas sin verlo. Ahora paso y trapaso el río varias veces cada día, lo suelo hacer por el puente de Hierro o puente del Pilar. No puedo evitar sentirme atraído por sus riberas. Es cierto que es un símbolo de la ciudad algo desgastado por el uso pero es bello y por lo tanto susceptible de ser pintado.

Vista de Zaragoza. La margen derecha del Ebro vista desde la arboleda de Macanaz. Acuarela de 76 x 56 cms. sobre papel Arches de 600 grs.
     Cada vez me gusta más pintar paisajes a la acuarela. Tanto paisajes rurales como urbanos. Es muy agrable poder seleccionar con mirada cariñosa pero crítica lo que voy a pintar. Todos cuando miramos seleccionamos, obviamos aquello que no nos gusta o que no nos llama la atención y fijamos nuestros ojos en aquellas cosas que inevitablemente acabamos amando. 
     En esta acuarela he huído del icono típico de Zaragoza, el Pilar y he mirado selectivamente más a la izquierda. Me gusta mucho el río, la estampa magnífica de la torre de la Catedral del Salvador, el palacio arzobispal, La Lonja, el puente de Piedra y el arbolado que les da color y vida.

      En la acuarela es primavera aunque algunos amarillos y naranjas del arbolado nos parezca sugerir el final del verano, en las hojas del primer plano a la derecha hay polen.

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