Naranjos del Monasterio de Guadalupe,
sombra en el patio.
Cuando estás de viaje una de las cosas que más agradeces es poder descansar en un sitio que transmita calma, y si el viaje es en verano también que el sitio sea fresco y silencioso. Eso nos ocurrió, hace ya unos siete años, cuando Avelina y yo hicimos un precioso viaje en mayo por Andalucía y Extremadura.
La vida de turista es muy cansada, aunque compensa conocer nuevos sitios, ciudades y paisajes. Fue para nosotros un momento de paz el patio de naranjos y limoneros del Parador de Guadalupe en Cáceres. Tenía además de sombra y rumor del agua de la fuente unos pajarillos que con su piar hacían el lugar totalmente apetecible y relajante. Hace unos días volví a ver las fotografías buscando alguna que me apeteciese como sujeto de una acuarela y claro seleccione ésta.
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Patio de naranjos y limoneros del Parador de Guadalupe. Extremadura. Acuarela sobre papel Hahnemuhle 36 x 48 cms. |
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