Son los incrédulos
por los que hay que luchar
y hacer las fuentes.
Hace ya tiempo que quería pintar La Fuente de los Incrédulos de Zaragoza, es un símbolo de lo posible frente al derrotismo. Cuando en el siglo XVIII Ramón Pignatelli proyectó un canal que uniera el Cantábrico con el Mediterráneo,
fueron muchos los escépticos que se rieron de la idea. Cuando las aguas alcanzaron
Zaragoza, Pignatelli mandó construir una fuente como testimonio del
éxito de las obras del canal a pesar del escepticismo general. El frontis de la fuente reza:
" Incredulorum convictioni et viatorum commodo. Anno MDCCLXXXVI.
Para convencimiento de los incrédulos y descanso de viajeros. Año 1786."
" Incredulorum convictioni et viatorum commodo. Anno MDCCLXXXVI.
Para convencimiento de los incrédulos y descanso de viajeros. Año 1786."
Fuente de incrédulos,
no todo lo difícil
es imposible.
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