" Heme ante tus murallas,
fronteriza ciudad a la que siempre
el cielo sin cesar desasosiega.
(...) Esto no es monumento
nacional, sino luz de alta planicie,
aire fresco que riega el pulmón árido
y lo ensancha, ...."
Claudio Rodríguez
Zamora es una hermosa ciudad, la he visitado ya tres veces y nunca me ha defraudado, antes al contrario cada día me gusta más. Por su tamaño y elegancia es el tipo de ciudad en la que vivir tranquilo. Cuando llegué a ella por primera vez me sorprendió y siempre recomiendo a los amigos pasear tranquilamente por ella, visitar sus comercios, recorrer perezosamente sus calles y sus bares o restaurantes.
Sospecho que la luz está enamorada de Zamora y hasta el Duero, prendado de su belleza, lame sus faldas. Dice el romance: "...De un lado la cerca el Duero/ del otro Peña Tejada/ del otro veintiséis cubos/ del otro la barbacana." Las murallas no tienen aspecto amenazador o guerrero sino más bien delimitador del recinto de la ciudad como si en realidad trataran de impedir que se expandiera fuera de sus precisas formas.
La vista que he pintado a la acuarela es semejante en muchas cosas a la vista de Zaragoza desde la margen, es ese caso, izquierda del Ebro. Deberíamos proteger los ríos porque los urbanitas intentamos apropiarnos de sus riberas. Ya pasó con las orillas del mar y ha habido que legislar sobre ello y protegerlas casi cuando ya no había remedio. En esta acuarela me he recreado de forma especial en los árboles del primer plano y en el dorado Duero.
Sospecho que la luz está enamorada de Zamora y hasta el Duero, prendado de su belleza, lame sus faldas. Dice el romance: "...De un lado la cerca el Duero/ del otro Peña Tejada/ del otro veintiséis cubos/ del otro la barbacana." Las murallas no tienen aspecto amenazador o guerrero sino más bien delimitador del recinto de la ciudad como si en realidad trataran de impedir que se expandiera fuera de sus precisas formas.
La vista que he pintado a la acuarela es semejante en muchas cosas a la vista de Zaragoza desde la margen, es ese caso, izquierda del Ebro. Deberíamos proteger los ríos porque los urbanitas intentamos apropiarnos de sus riberas. Ya pasó con las orillas del mar y ha habido que legislar sobre ello y protegerlas casi cuando ya no había remedio. En esta acuarela me he recreado de forma especial en los árboles del primer plano y en el dorado Duero.
Zamora desde la margen derecha del Duero. Acuarela de 56 x 76 cms sobre papel Arches de 800 grs. |
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